Miré a través de la ventanilla
salpicada por la lluvia. Apenas veía más allá de mis narices.
Iba hipnotizada por las extrañas
formas de las gotas y los caminos caprichosos que recorrían sobre el vidrio
empañado. Por momentos me sobresaltaba la aparición, desde el más allá, de algún par de
luces que se acercaban veloces y desaparecían al pasar a nuestro lado.
El conductor del taxi era prudente, circulaba
despacio, mucho más de lo que yo hubiera querido, para lo que intuía sería un
viernes determinante en mi vida.
Se detuvo en el primer semáforo de la
avenida que recién había tomado y en ese mismo instante y sin siquiera haberlo
planeado, tan sorprendido el taxista como yo misma de lo que estaba haciendo, me
quité el cinturón de seguridad, abrí la puerta del vehículo y me bajé. Con un
fuerte empujón la golpee para que se cerrara tras de mí y di un primer paso
casi a ciegas, mientras sentía el frio helado del agua cayéndome encima y el
viento que se arremolinaba entre mis piernas.
Tal como venía comportándome, sin
posibilidad de dar alguna explicación lógica, de pronto giré mi cabeza hacia la
derecha y vi que un auto se dirigía hacia mí.
De pronto
dejé de verlo.
Sentí un espantoso ruido a roto, calor, un horrible olor a quemado y luego nada.
Ahora comienzo a sentir.
Sentí un espantoso ruido a roto, calor, un horrible olor a quemado y luego nada.
Ahora comienzo a sentir.
Parece que
estuviera sumergida bajo el agua tibia, siento algunos ruidos a lo lejos pero
no logro reconocer ninguno. Siento la piel por dentro, espesa, rugosa, todo lo
que puedo ver está empañado. Tampoco puedo determinar que hay a escasos
centímetros de mí, aun cuando tengo los ojos bien abiertos. No hay mucho
espacio donde moverme. Siento mis latidos y la sangre acelerada circulando por
mis venas.
De pronto me empieza a faltar el aire, con esfuerzo intento respirar. Extiendo los brazos como queriendo abrir una puerta, empujo y paso al otro lado. Una palmada que me sacude y rompo en llanto. Alguien me tiende desde mis piernas cabeza abajo.
Estoy desnuda y tengo frío.
De pronto me empieza a faltar el aire, con esfuerzo intento respirar. Extiendo los brazos como queriendo abrir una puerta, empujo y paso al otro lado. Una palmada que me sacude y rompo en llanto. Alguien me tiende desde mis piernas cabeza abajo.
Estoy desnuda y tengo frío.
Mierda...esto si que meda un poco de la histeria y terrorrrrrrr!!! Es que...quisiera saber de ella...Abrazo.
ResponderEliminarme dio una ternura...
ResponderEliminaresos tomatitos te sentaron bien, maguita. las letrs se vuelven a mover...
ResponderEliminarEs que volver a nacer es, o debe ser, un hecho traumático. Pero siempre es una buena noticia.
ResponderEliminarMuy bueno lo suyo.
Un saludo.
Un nacimiento feliz.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos
Nunca creí en reencarnaciones, pero tu texto la nara con maestría.
ResponderEliminar=)
Un abrazo.
A medida que te leía me agarró cierta desesperación!!!
ResponderEliminarAlgo similar a tener un pie en cada mundo...
P.D.:Hubo una vez en mi vida en que sentí algo muy parecido,sólo que nadie me sostenía de las piernas cabeza abajo,sólo recuerdo que al abrir los ojos lloré,de miedo y asfixia... :S
BESITOS EMPÁTICOS (?)
Toda una experiencia, que vuelve desde el momento que tuviste frío y comenzaste a llorar.
ResponderEliminarMe gusto.
Abrazo.
aps!
ResponderEliminarse me ha erizado la memoria!
no puedo pensar, por sentir.
un abrazo renacido.
Esa intensa sensación de volver, de recomenzar, de ser nuevamente origen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pobrecilla.
ResponderEliminarEn la primera lectura imaginé una muerta almacenada en el más allá.
Besos.
¿Será posible? Tendremos chances? Has descrito en forma brillante a mi entender. Los tiempos de la nacrración son muy buenos. Besos.
ResponderEliminarEntonces te recibe un pecho tibio, y sabés que llegaste a casa.
ResponderEliminarSegún lo que leo de Brian Weiss - que me se la compro de tanto en tanto - volvemos una y otra vez hasta aprende lo que tenemos que aprender...
ResponderEliminarEspero que ella llegara a un sitio mejor del que venía...
Beso
Magah! Me pareció hermosa la manera de narrar la llegada al mundo nuevo! Me encantaron las imagenes y sensaciones que describiste... Beso!
ResponderEliminarSi este primer momento mítico pudiera ser recordado, la ciencia psicológica daría un vuelco, te lo aseguro.
ResponderEliminarMuy bien imaginado, Magah, me gustó.
Como también la respuesta a "pudrir-se", me diste un buen trago de mi propia medicina.
Un beso.
HD
Muy buenas las imagenes ,como dijeron se siente más que se piensa...
ResponderEliminarNunca termino de creer en la posibilidad de volver, pero a veces uno vislumbra algo...
besos
ella
Excelente Magah....no solo la forma sino el fondo. El eterno retorno de los ciclos naturales. Bue.....yo pensé en eso....no se rían. Un beso grande!
ResponderEliminarImpresionante relato y da para reflexionar varias cosas. La primera es que no le pagaste al tachero, bad karma :-)
ResponderEliminarLe juro que yo lo pensé pero no daba Atooooo, no daba!!!
EliminarTambién supuse que alguien lo pensaria y mirá...
Deseseperantes palabras.
ResponderEliminarMe gusta como las lleva.
Saludos
Al principio de tu relato me quedé como achuchada! luego tranquila. Supongo porque como dice Male un pecho tibio te espera y te sentís en casa.
ResponderEliminarBesitos ;)
Me encantó tu escrito tan lleno de poesía. Un beso.
ResponderEliminarHermoso, hermoso, hermoso, a pesar de las imágenes tremendas que anteceden al nacimiento.
ResponderEliminar¿crees en la transmigración?
Beso grande.
SIL
Si
EliminarUn cuento muy visual. También un cuento en que las sensaciones se sienten como una música.
ResponderEliminarMe encantó conocerte
Abrazos!
Bueno, a eso llamaría yo "volver a empezar" y no todas las otras pavadas... Dá como una angustia claustrofóbica, no???
ResponderEliminarMuy bueno lo tuyo!!!
Besis
Yo quiero creer, para recobrar un cachito de esperanza...
ResponderEliminarMil besos
=)