Entró volando por la ventana un
dulzón olor a porro.
Como un censor infalible mis cableritos
mas agudos se prendieron a esa nube traslucida y como si fuera perdiendo
volumen y me fuera transformando en una rastro liviano, me dejé llevar y salí
volando.
La nube tomó rumbos desconocidos,
se daba el lujo de viajar sin brújula y ese no era un tema de preocupación, ni
siquiera era tenido en cuenta.
Entonces creí, entre oleadas de
bruma, que estaba segura, que aunque
perdida, podría llegar a buen puerto. El comandante era un navegante seguro.
Perdí el reloj, se desprendieron
las agujas y los mismísimos minutos saltaron a lo lejos. Me pareció verlos caer
sobre un techo, cerca de donde había un búho que escudriñó perplejo el sonido
del segundero. Me alegré al ver que el animal se fuera, así sin más, dejando el
tiempo de lado.
Se me cayeron los zapatos, los
dos juntos, ya no quedaba nada de mis pies, parecía que ya no los necesitaba.
¿Para qué? , me pregunté, si así de repente me habían crecido alas.
Podía ver todo desde arriba,
tener una mirada entera de la espesura de la selva y del fin del río a orillas
del cemento. Todo parecía quieto salvo un sin fin de gusano de luz, apurados,
agolpándose para salir e irse…tal vez al cielo.
¿Por qué sonaban allá abajo las sirenas?.
Alguien desde algún lugar lejano nos
gritó que nos fuéramos, entonces subimos más, y en las alturas perdí la cinta roja que anudaba
mi pelo. Cayó ondulante en medio de la oscuridad.
Y después perdí las lágrimas,
pero también los suspiros, y me fui poniendo dura y hasta la risa se me hizo añicos.
Y como si viajara con un desconocido,
me apareció el miedo y hasta sentí frío.
La luna parecía tan helada desde tan
cerca…
Y comencé a desear el regreso, y
lo hice a solas. Ahora me molestaba el
pelo en la cara y el paso ciego del tiempo.
Y el cielo era tan infinito que parecía que me desarmaba convirtiéndome
en un montón de estrellas sueltas en el espacio, como si mi piel se hubiera
abierto para que me deshaga.
Pero yo nunca había querido
romperme y entonces en ese momento volví a escuchar las sirenas y esperé a que
me salvaran.
Cerré el cuaderno y lo guardé en
el cajón de la mesa. Con nostalgia me quedé mirando la luna por la ventana.
Un viaje lleno de "nostalgia". Up and down. Un beso, Magah.
ResponderEliminarDarse el lujo de viajar sin brújula,
ResponderEliminarprescindir de los pies,
ver alas creciendo...
qué hermoso viaje de ensueño.
Siempre tenemos que volver,
pero nadie nos robará lo soñado.
Un beso grande, Maga-h-
SIL
literariamente volada.
ResponderEliminaro literalmente?
abrazo!
f
así es como se debe viajar, completamente fuera de este mundo y flotando! me encantó.
ResponderEliminarMuchas veces queremos huir a nuestra realidad, pero mas tememos a los cambios y por eso nos quedamos con las manos vacias.
ResponderEliminarBesos
Inevitablemente, hay que desprenderse de unos lastres, si se quiere volar. Incluso si nos hacen volar. Y siempre llega el momento de más altura cuando nos planteamos soltar hasta el último paracaídas. Si nos falla el piloto, a partir de ese punto de no retorno, volver a tocar tierra es muy doloroso.
ResponderEliminarPor ese motivo hay que tener chocolate a mano...pero no soy de aconsejar.
ResponderEliminarNo es mal consejo Sr. Noya!
EliminarCierto, es un viaje maravilloso...volar y sacarse pesos de encima, cruces...
ResponderEliminarEsto cuento es excelente, Magah.
ResponderEliminarQué contenta quedé.
¡Drogadicta!
ResponderEliminarPerdón, no quiero reavivar viejas polémicas, pero usté me obliga.
En otro orden de cosas, muy bueno lo suyo. Muy poético.
Un saludo.
Alcoholicoooooooooooooooooooooo!!!!!
EliminarEstá perdonado, pero usted me provoca Sr Yoni. No tiene remedio!
Otro saludo a usté!
De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Un placer siempre.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Don't worry, be happy con una pizca de "take a walk on the wild side" y una porción de "el gato volador...".
ResponderEliminarVea, en este blog, por ahora (por que ya estoy aprendiendo inglés) sólo se habla en castellano.
EliminarTenga a bien volver con una traducción. ¿Quiere?
Estaré agradecida!
Pegarse una buena voladura no viene para nada mal!!!
ResponderEliminarP.D.:Lo malo de todo lo que ha sido bueno es saber pilotear cuando pega el bajón... ;)
BESOTIS
Algo asi me paso el viernes pasado con tanto olor dulzon en River.
ResponderEliminarA veces perder las cosas malas no es tan bueno.
Besote grande.
Es genial Maghita!
ResponderEliminarEse romperse sin querer, pero darse cuenta y dejar que te salven, para poder apreciar la vida, es un buen viaje, un gran viaje.
Abrazo!
Animate, te espero.
Hacerse etéreo y seguir y sentirse a salvo. Un fluctuante viaje hacia el infinito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Viajar...volar sobre las letras,
ResponderEliminarcruzar el mar...sobre las estelas,
y volver...
para abrazar...la belleza,
y volver...
para abrazar la amistad.
Un fuerte abrazo Magah...¡feliz aniversario!
Muy bueno..
ResponderEliminarme dejé llevar por tus palabras y volé también... sin peso...
No sé a vos, pero me costó volver...
me asusté, me dolió... pero cuando abrí los ojos, los lastres ya habián perdido ese peso aplastante que te deja contra el piso.
... y pude elevarme a unos centimetros... pero volé.
Gracias
un beso
ella
Uy! Que bueno!!
EliminarMe alegra que lo hayas vivido conmigo.
Abrazo!
Aventuras sobrevolándonos y predispuestos a soltarse...
ResponderEliminarNada mejor que soltar amarras y disfrutarlo!!!
Beso Magus ;)
Siempre nos quedarán las ventanas.
ResponderEliminarY la luna.
Besos.
Impecable! Un gustazo conocer tu casa. Y encima debuto con un post que no tiene desperdicio... Viaje alucinante y un regreso elegido. Eso es lo mejor, poder elegir. Te estoy viendo, mirando la luna por la ventana. Un abrazo!
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