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-Tu actitud despierta sospechas hija… estás tan colaboradora que ando oliendo mucho mas que el almíbar de los duraznos. Vamos a ver, nos sentamos y te escucho.
Andrea dejó sobre la mesada de la cocina su delantal, y callada, atenta a la mirada de su hija, que sopesaba a cada instante si aquel era el momento oportuno para hablar, ubicó dos sillas cerca de la ventana que daba al jardín, desde donde podían ver el cielo de aquella mañana de enero.
- Mamá, Tino… y yo, estamos pensando en tener relaciones sexuales.
Así nomás, sin preámbulos ni anestesia. Así, simplemente, sin pelos en la lengua y llamando a las cosas por su nombre. Así sin previo aviso, ni cerca un vaso de agua para humedecer la boca que en un estrepitoso segundo se le quedó seca, más no los ojos, que tan sabios vieron el alma de su hija y en el mismo instante en que la boca se le secaba, ellos se le llenaban de lágrimas.
No era momento para prolongados silencios, esa damita necesitaba una respuesta, una palabra que le haga saber que todo estaba bien y que por sobre todo, ese era el momento indicado para hablar, solamente por que ella lo había elegido.
El almíbar de los duraznos, perfume fresco de flores blancas y un mismo momento en distintos tiempos, los mismos despertares y la necesaria memoria del cuerpo y el alma para comprenderla y acompañarla. Mezcla de miradas dulces, y la niña dejando las tardes de soles para irse solita de noches de luna.
- ¿Cómo se hace mamá?- preguntó con los ojos brillantes, solo esperando que aquellas palabras le dieran tranquilidad y la venia para iniciar su primer viaje.
- Asi Laura, despacio…entre caricias, entre miradas, tantas y tan suaves que vayan dejando ganas de mas y quieran sentirse bien cerca, uno dentro del otro. Ser como un almíbar, espeso, azucarado que va tomando la forma del recipiente, ser recipiente y contenido, que se va amoldando, despacio. Uno y otro, hasta encontrar entre ambos la forma exacta.
-Si- solo dijo, absorta en la voz y en la cara de su madre.
- …. hacer el amor es el lugar donde dos cuerpos juntos pueden batir alas y echar a volar, ser el mas perfecto aroma y la mejor melodía.
Andrea abrió su corazón y recordó su cuerpo fresco enredado en los aromas de aquel almíbar de duraznos de aquel mismo enero, tantísimos años atrás, cuando no tuvo con quien hablar. Descubrió que atesoraba sensaciones y formas de amar propias, que habían quedado guardadas, aquel día que decidió, sin saberlo, poner amarra a sus formas para asirse a los del otro.
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Que bonitoo Magah =). Que buena mama tiene andrea. Le dio un consejo metaforico bastante lindo. Eso de recipiente-contenido es un conepto muy especial. Que bonita mama!
ResponderEliminar//la niña dejando las tardes de soles
ResponderEliminarpara irse solita de noches de luna.
Para sin reproches besar la aventura,
derretir las rejas... dejar las prisiones...
QUÉ
BELLEZA !!!!!!!!!!!!
Tus palabras endulzan (más que un almíbar de duraznos) mi buena amiga.
Abrazo gigante, Maga sin hache.
SIL
Sabés... también recordé mi enero y una lágrima gruesa, enorme... rodó.
ResponderEliminarAbrazo, qué intensa entrada!
Precioso...
ResponderEliminarSaludos,
Carmen.
Un buen consejo dura toda la vida. Verdadero placer el leerte. Un gran beso.
ResponderEliminarUn consejo, puede tener muchas formas; pero de tu pluma, nunca será feo y siendo hermoso siempre será, un buen consejo.
ResponderEliminarUn abrazo Magah, un fuerte abrazo.
Tiene suerte Laura en tener una
ResponderEliminarmamá como Andrea que aún tuviese las frescas sensaciones
y formas de amar propias guardadas para transmitirlas a
ella.
Una bella historia y excelente
forma de contarla.
Un montón de besos.
Belleza es la palabra para definir esto, que me toca de cerca...
ResponderEliminarQue bien lo contaste! Ojalá sea siempre así
Un beso!
Me encantó Magahhhhhhhhh!!!
ResponderEliminarQue bello... que tierno y coincido con Sil en una parte que me tocó mucho... "la niña dejando las tarde de soles para irse solita de noches de luna"
Es una maravillosa manera de decir que estamos cambiando de una manera sencilla, clara y sobre todo dulce!!!
Besos cielo, llenos de luz para ti!!!
Un lujo!!!! Como nos sigue costando hablar con los hijos de estos temas y ojalá muchos puedan leerte y animarse a hacerlo.
ResponderEliminarUn post con magia y dulzura, como las que tienen los buenos consejos, esos que nacen del alma!!
ResponderEliminarAbrazo!
Hermoso, para momentos así una espera años, remando y poniendo los cinco sentidos en la educación de los hijos para después un día asi de la "nada", te quitás el delantal y vivis a fondo esa iniciación, pero esta vez acompañando y emocionandote hasta las lágrimas. Recuerdos inolvidables.
ResponderEliminarTe dejo un beso
Metáfora y belleza. Como es usual.
ResponderEliminarMe encanta cómo las cosas que tenían que ser tiernas y naturales finalmente lo están empezando a ser. Al menos entre mujeres es más frecuente el diálogo abierto y sensible. Entre hombres también ocurrirá, todavía se da mucho otro tipo de conversación…
ResponderEliminarTino: Pá, salgo…
Papá de Tino: ¿Y este flaco, qué hace tan perfumado un martes a la noche? …se debe estar comiendo un duraznito…
D.
Lindisímo.
ResponderEliminarQue bueno que hoy padres he hijos puedan hablar de estos temas.
Mi mamá me decía que no solo había que ser decente sino también parecerlo. Esta de más que te cuente que fracaso con el consejo.
Lei tu blog, tus blogs. ¿Cómo te organizas para escribir y postear tanto y bueno?
Saludos
Maravilloso! Me tocó como una fibra de mamá, aunque me falta mucho para esa charla. Trato de sentar bases de confianza ante lo que sea, y quisiera llegar a esas palabras!! Un beso grande.
ResponderEliminarDe tardes de sol a noches de luna... de durazno verde a maduro y dulce en almíbar... de formas propias a formas compartidas. Qué lindo es crecer y pensarlo de esa manera!
ResponderEliminarQue tierno.
ResponderEliminarGrande Andrea eh!!!
Besos.
Precioso Magah! precioso!!
ResponderEliminarSaludos!
Buenos consejos.
ResponderEliminarUn texto muy tierno, sin duda.
Comento el segundo comentario que te han dejado... y estoy de acuerdo... cuánta belleza. Es un placer leerte, disfrutarte.
ResponderEliminarHe leído dos entradas y me quedo en la dos. Pero la frase subrayada... que comenta SIL, es, simplemente, mágica.
Abrazos.
Si bien se me hace complicadìsimo recordar el mes,sè que hacia frìo y tampoco sabia mucho`,màs bien nada digamos...
ResponderEliminarP.D.:Quizà lo maravilloso de estos tiempos es el nivel de comunicaciòn que hemos logrado alcanzar,no??
BESITOS MAGU :)
Inmejorable (y dulce) forma de enfocar el tema, Magah!
ResponderEliminarSi nuestro mundo hubiera tenido más Andreas...otro hubiera sido!
Precioso, Muchas Gracias!
Besossssssssssss!!!
Precioso!!!! la explicación de Andrea a su hija no pudo ser mas tierna y dulce.
ResponderEliminarOjalá hubiera muchas mamas así, con esa apertura...con las palabras adecuadas, que mejor que una "Andrea" para este tipo de interrogantes, verdad?
Un besote.
María Laura
me han venido en tropel los recuerdos de "mi" luna de enero!
ResponderEliminarsiguen siendo preciosos.
gracias por habermelos traido con este dulce relato
besos, compañera!
Qué bien que han cambiado los tiempos y la hijas pueden aprender de aguien que sabe y ama, no de referencias y conversaciones llenas de imprecisiones e ignorancia.
ResponderEliminarTe iba leyendo y pensaba que ojalá yo hubiera tenido con quien hablar en ese momento!
ResponderEliminarMuy lindo lo que escribiste, Magah!
Me encantó!
Besooos
Aiss que me miedo me da que llegue ese momento ja ja ja. Acojonadito estoy :)))
ResponderEliminarBesos paternos
Esas charlas madre-hija, tanto para aprender y para enseñar.. muy bueno!
ResponderEliminar¡Ay MAGAH...! Quién hubiese tenido en la adolescencia esa suave caricia de sabiduría. Aún siendo varón, nunca nadie me enseño nada y el "almíbar de duraznos" llegaría muchos años después, con las propias experiencias.
ResponderEliminarGracias por compartir esa hermosura.
Un abrazo
Rodolfo
De algo sirve la experiencia, la sensibilidad, el buen corazón, la sensatez, el cariño y el sentido común si podemos transmitirlo como padres... De gran regalo sirve si podemos recibirlo como hijos.
ResponderEliminarDe algo sirve tanta hermosura, en los momentos en los que la vida florece sin mediar palabra y nos sorprende, como un milagro que se repite siempre igual, siempre distinto
Una belleza con lección incluida. ¡Pero qué manera de decir cosas lindas!
ResponderEliminarBesos
Los pajaritos y las florcitas son hermosos y a todos nos gusta que así suceda.
ResponderEliminar¿Y si algo no sale tan bien?
Que bueno!!!!
ResponderEliminarLa posibilidad de confiar, de poder hablar, de poder contar, de preguntar!
que buen momento para una madre y una hija.
Es tan valioso que una hija se sienta por el permiso de hablar asi con su madre...supongo que es una vuelta a mucho dado.
un beso