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Hoy algo se siente distinto, si bien el olor es más espeso, yo me siento menos cansada, más liviana. Acabo de abrir los ojos a la mañana que se mete en el cuarto por las hendijas de la ventana, y al girar la mirada hacia tu lado de la cama, llamativamente te encuentro atento, sereno, parece que hoy me escuchás.
Supongo que te habrás dado cuenta que desde hace ya unos días un olor nauseabundo inunda nuestra casa, y que he andado empecinada en encontrar la razón.
He comenzado cada martes con desesperación, abriendo todos los ventanales de los cuartos, buscando minuciosamente en cada rincón, detrás y por dentro de cada mueble, por entre los libros de la biblioteca, algún vestigio que me indique que me aproximo a la fuente de ese olor viciado.
Te confieso que por momentos me sentía molesta de ver como te quedabas mirándome sin hacer nada. Otras veces me hacías reír con alguna ocurrencia y otras tantas me daba miedo tu mirada áspera, pero inevitablemente siempre, y aun en este momento, me resultas un ser impredecible, misterioso, duro y con una expresividad escueta, casi huidiza, que solo puedo captar estando atenta a la yema de tus dedos.
Aun me seduce ese estar tuyo, alejado, que hace que deba parecerte débil para mantener tu atención en mí, y como, en ese juego de poder, nuestros cuerpos se encuentran, se juntan, se pegan y golpean, en una lucha dulce que termina cuando la calma se suspende en el espacio, tras nuestra propia tormenta. A veces creo que ya no hay formulas ni remedios para nuestra enfermedad, siempre hemos terminados brotados, contagiados, desmayados de placer y luego de tanta soledad.
Pero sabés amor, ese olor me hacía sentir incomoda, disgustada, por eso insistí en la búsqueda, tantas veces distraída por nuestra enferma manera de amarnos, pero necesitaba seguir haciéndolo.
Dí vuelta los sillones, desarmé sus cobertores y hasta he hurgado entre el relleno de los almohadones. Bajé los cortinados, retiré los cuadros, las fotos y las laminas que adornaban las paredes. Despedacé el papel que las cubría y me metí delgada entre los postigos de las ventanas, he levantado los listones de madera que formaban el piso de este cuarto y del contiguo, hallando solo un profundo espacio más aireado que el que nos circunda a nosotros…
ahora te veo plácido, acariciado por la luz de la mañana… y quiero tocar tu cara, acariciarte con la misma desesperación de siempre y no puedo, solo mis ojos parecen poder moverse, una rigidez en mi brazo me impide tocarte.
Mis pupilas están inquietas, sobresaltadas, buscan el espejo en la pared, a los pies de nuestra cama, y sabés que?, acabo de descubrir por fin de donde proviene ese terrible olor que nos fue envenenando poco a poco… vos y yo, estamos sencillamente muertos.
Está muy pero muy bueno el relato... me pasó que hasta la mitad del texto "desmayados de placer y luego de tanta soledad" supuse que solo él estaba muerto... después me desorienté y el cierre final impecable Magahita
ResponderEliminarYo también te quiero mucho, más de lo que se decir
Estercita
Muchas veces he pensado en como será estar muerto... ¿Uno podrá comprenderlo? ¿Uno lo notará así, de repente, notando algo extraño, como ese olor?
ResponderEliminarMuy buen relato. Me gustó mucho.
Beso.
¡ Qué bueno !
ResponderEliminarAlgo me barruntaba
con respecto a él,
pero no me esperaba
que estuviesen los
dos muertos.
Un estupendo relato.
Besos.
ese olor que lo invade todo me recuerda a los ellos que toman la casa de cortázar
ResponderEliminary las reminiscencias de la peli el sexto sentido son también inevitables (sean mencionados estos recuerdos sin suponer otra cosa que eso: reminiscencias de un lector, tu post me ha encantado)
un saludo
Muy bueno Magah, mientras lo leia... pensaba y pensaba cual seria ese olor y de donde procedia con la misma angustia de no saber que la protagonista... luego y acercandose el final... tambien como estercita, imagine que UNO de los dos estaba muerto....
ResponderEliminarQueeeeeeeee bueeeeeeeeeeeno!!!
Me encantó... lastima el final!!!
Me gustan felices... pero valio la pena... !!!
Besos cielo, pasa un bello Domingo!!!
los sentidos advierten a veces, mejor escucharlos
ResponderEliminardurisimo Magah, esa posibilidad de ver la muerte propia desde afuera ya es terible y encima ver la de nuestro amor....muy bueno, de verdad
ResponderEliminarbesos
MAGAH: impecable, hermoso, atrapante... Y sí, después de tanta combustión aproximada que mejor que una muerte "a duo", no?
ResponderEliminarBesos admirados amiga mía
Rodo
Excelente! pensé que se habían quedado mudos... pero si se murieron, pues a empezar de nuevo entonces!
ResponderEliminarAuch, il morto que parla!
ResponderEliminarQué bien Magah, cruzar el límite, llevar más allá a los protagonistas -sobre todo Ella - que parece suspendida entre dos mundos.
Un besazoooo Magah!!!!!!
PD: A tu pregunta: Siiiiiiiiii!!!
2 artículos sobre Anaïs! Te dejo el enlace:
http://lacuevadesusana.blogspot.com/2009/08/una-mujer-sensual-ii.html
Oooootro besote!
me he quedado suspendida!...
ResponderEliminarcon la piel erizada y la mirada indecisa, mecachendié!
es usté una maravillosa caja de sorpresas, compañera!
Excelente!
ResponderEliminarAy, Maghita que pedazo de relato.
ResponderEliminarMe he quedado prendida de cada palabra y su desarrollo.
Y se sintió como un impacto.
Muy bueno.
Me gusto muchisimo.
Te dejo un gran abrazo, amiga.
Qué bueno!!!
ResponderEliminarTantas parejas que apestan y no saben porqué..., deberían leerte hoy.
Besos.
Soverbio relato amiga!!!!
ResponderEliminarSi es que cuando los sentimientos se mueren, su podredumbre apesta más que la de la carne.
Besos
Todo lo que sale de nuestro cuerpo da olor. Por qué no iba a darlo el cuerpo abandonado?
ResponderEliminarMuy bueno Magahíta!
Te dejo. Estoy sintiendo un olor, terrible, nauseabundo, en este mismo instante. Iré a buscar qué pueda estar dándolo.
Madame, que final!
ResponderEliminarMe ha tomado usted totalmente por sorpresa.
Muchas gracias por su amable visita, madame. Yo tambien la pondre en mi blogroll para volver a visitarla.
Feliz domingo
Bisous
Vaya! si no fuese por lo precioso del texto, ahora estaría triste de haber leido ese final.
ResponderEliminarPero siento que existe amor despues de este mundo ;)
Besos vivitos
La posibilidad de dejar unas letras como estas, anula ese trise final.
ResponderEliminarMejor así, el sentirte ahuyenta cualqier presagio fatal.
Un fuerte abrazo Magah.
¡Impactante el relato, Magah! Siguen alertas tus percepciones y tus sentidos , que pueden captar lo que otros no : los amores muertos no son incoloros ni insípidos, tampoco inodoros.
ResponderEliminarBesos!!!
Cris
Muy bueno Magah con esa dosis necesaria de misterio y de descubrimiento final.. saludos
ResponderEliminarCuando te das cuenta de tu muerte (vuestra), empiezas a vivir.
ResponderEliminarMuy bonito, muy bien contado.
Besos.
Que bueno priMagah!
ResponderEliminarHabrá que aprender a sacar el muerto antes de que se pudra, sino el olor nauseabundo se ve que no deja vivir tranquilo. Hasta que no se encuentra no se afloja.
Que interesante forma de llevar en el relato que tenés, atrapa.
La idea de que la muerte es ver pero sin poder mover más que los ojos alguna vez me invadió, como que estás estatua, congelado, como el juego de cuando era chico 1, 2, 3, cigarrilo 43.
Besos!
Ahora, si en la muerte como en la vida los cuerpos pueden naufragar en océanos de placer, reencontrarse, despedazarse, y encima encontrar un hueco donde poder romper en soledad, bueno, querida Magah, prefiero esta muerte a la sentencia del café con leche y el subte de miradas perdidas y la oficina de 7 a 18.
ResponderEliminarPrefiero la muerte que no se ahorra sus olores ni sus ritos, que se identifica con zonas qué ya la vida quisiera, para ciertos seres, para ciertos haceres
muy bueno magah!
ResponderEliminarbeso
magah, me gustó mucho este relato. cómo está llevado y el suspenso hasta el final. pero todavía más, me gustaron algunas imagenes que formaste de amor... esas ganas de acariciar su cara...
ResponderEliminarmuy lindo!
un beso grande!
.. que mal huelen los que están muertos.. y si son dos.. uff..
ResponderEliminar.. me gusto tu cuento..
.. besos y buena semana..
¡Muy bueno, Magah!
ResponderEliminarImpactante final, pero me ha gustado especialmente el ir y venir del olor al profundo amor.
Un beso.
Sole.
ups!!!
ResponderEliminarmuy fuerte relato de una realidad en muchas parejas.
Me dejo pensando y empece a buscar olores
aah!! bueno, flor de final. Buen cuento corto.
ResponderEliminarSaúdos.
Wowwwww... Tremendo cierre. Mucho muy buen escrito. Te felicito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Cuando se muere el amor, resulta así de pestilente.
ResponderEliminarY uno tarda en darse cuenta...
Y le da mil vueltas al asunto.
Hasta que descubre la irreversible verdad...
La metáfora es suprema, amiga.
Relato para el Oscar.
Un abrazo infinito y perplejo.
¿Y a donde habrá ido a parar el:Hasta que la muerte nos separe...?
ResponderEliminarMurio el Amor.
ResponderEliminarCada uno seguirá su camino y renacera en otro Amor, con nuevas expectativas y sueños.
Muy buen relato sobre el "FIN".
1 beso Magah
gracias x tus palabras
Te leo, lo leo, y entiendo, me pasa casi igual.
ResponderEliminarbesos.
Genial :)
ResponderEliminarEstás escribiendo muy bien, che
ResponderEliminarMenos mal que fueron los dos juntos...
ResponderEliminarwow, sencillamente extremo, no tengo palabras, este texto fue una bala en mi pecho, muchisimas gracias por compartir tus sentimientos, y gracias por pasarte por mi blog la otra vez, un gran abrazo.
ResponderEliminarpercibo ese olor a veces,
ResponderEliminary rajo.
abraccio
CHE
Pero que la muerte, supongo, debe ser haber muerto y ni siquiera haberse enterado uno de eso. Mirá que tener que avivarse por el olor...
ResponderEliminarMuy lindo, Maguitah.
Besos
BUENISIMO, NI MAS NI MENOS!!
ResponderEliminarEspectacular Magah! El olor descubierto en el espejo. El amor muerto. El final de todo. Genial!
ResponderEliminarBesos,
que guste que me ocurra todo lo contrario.. es lo bueno de las letras, todas nos llevan a medirlas con uno mismo.
ResponderEliminarme alegra que me ocurra LO CONTRARIO, pues me siento y lo siento más vivo que nunca...
Saludos gigantes Magah, que abarquen un poco mis ausencias.
Cin
..vos y yo, estamos sencillamente muertos. Y este mundo que tanto le teme a que las cosas se transformen y se vuelvan parte del aire nos tiene amarrados (a veces) con cintas de miedo, a la necrofilia.
ResponderEliminar(Qué bueno haber encontrado, en este cachengue ciberespacial, tu manera de decir las cosas.)
Un abrazo.