Bailando Conmigo

Te imagino suave, solo envuelta en la melodía de un espeso jazz.
Apenas peinado tu pelo, aún empapado y mezclado entre un vapor azulado.

Se entrelazan tus pasos lentos al son de una luz tenue, escondida, avergonzada en un rincón.

Hueles a vainilla tibia, se desparrama por todo tu cuerpo.
Te imagino ensoñada en un lugar desconocido y sin tiempo, dueña de tus ganas y tus deseos.

En tu mano una copa de vino que humedece tu boca roja, mientras te mueves tranquila a cubrir tu desnudez, con una blusa blanca y unas bragas rojas.

Te veo dueña, descalza sobre una mullida y calida marea de pensamientos, intangible, acariciando algunos buenos recuerdos.

Te imagino atenta a ti misma, sin esperar nada y solo queriendo que el anochecer se cierre en estrellas, y que por fin se prendan a tu pelo.

Imagino tu cabello negro, como la misma noche, que se mece despacio sobre tus hombros curvados, rozando una espalda aspirada de sueños.

Imagino que bailas conmigo.

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