3/8/20




No fui una mujer de muchas fantasías sexuales, en realidad no sé cómo hice durante tantos años de mi vida para tener sexo sin fantasear, sin volar, sin escaparme de mi apesadumbrada realidad de mujer, madre y laburante.

Creo que sostenía, salvo honrosas excepciones, el famoso sexo tramite. Siempre recuerdo a mi amiga Lorena contándome, con cierto señorío, como hacia ella para cumplir sexualmente con su marido con una frecuencia que calculaba razonable para que el susodicho abandonara la cara de culo con la que andaba de la mañana a la noche cuando ella, por distintos motivos, le hacía faltar sexo.

Ella dijo: "Pienso que es como darme una ducha y ya"

Una ducha! 

Cuando ella contaba eso yo no podía evitar recordar cuando de muy recién casada esperé a mi esposo en una actitud eròtica que era bastante improbable en mí. Él había salido a cenar con sus amigos de futbol como hacia cada viernes. Llegó a casa muy pasada la medianoche en un estado deplorable, cansado, desalineado  y olía a vino. Muy a pesar de su aspecto me repuse a ello y profundicé en mis ganas de tener sexo. La evidencia en mi ropa y actitud le dieron motivos para aparentar estar escandalizado, dijo que de casados todo era distinto y acto seguido, tras haberse puesto el pijama de friza, se tapò hasta la cabeza y se durmió.  Imaginé que con esa frase de mierda quería decir que en nuestro estado civil y a meses de ser padres  ya no podíamos tener sexo con tanta frecuencia como lo hacíamos de novio. Le creí  y más que enojada por su asquerosa actitud me sentí avergonzada por la mía propia. 

Así crecí sexualmente hablando, casada y más conectada a los deseos y sexualidad de él que de la mía propia.  Una frecuencia que el manipulaba a su antojo fue nuestro devenir sexual. De mis deseos? nada, poco y si lo pensaba, mejor ni hablaba.

Durante todo mi matrimonio fui una mujer fiel y podría decir con cierto orgullo, fiel en cuerpo y alma.  Pocos recuerdos tengo que algún hombre me atrajera, creo que ni siquiera mi propio marido, quien era muy buen mozo. Pero un día sucedió, un tipo cualquiera me movió el piso, era un compañero de trabajo que se había incorporado a la empresa recientemente y lo habían puesto entre mis abogados asistentes. Lo único que hice por varias semanas fue llorar apesadumbrada por sentirme tan atraída por este hombre más joven que yo y de quien poco sabía.. No lo podía creer y no sabía qué hacer, por lo cual y ante la duda seguí siendo fiel con el cuerpo, pero ya no con el alma. El nuevo abogado ocupaba todo mi pensamiento y por  aquel entonces donde el amor se me confundía con la calentura yo pensaba que me estaba enamorando. Drama.

Mientras fui una mujer casada estuve convencida de tener  un cierto virtuosismo al ser fiel, tiempo después supe, no era reciproco.

Cuando me separé me lo hicieron saber alguna mujeres que se acercaban a darme apoyo y palabras de aliento ante mi nueva condición de mujer sola. Decían: "Era hora que te dieras cuenta cómo te metía los cuernos". 

A decir verdad nunca me sentí apoyada ni alentada por esas mujeres que en definitiva terminaban diciendo que admiraban mi valentía de separarme, que ellas tendrían que haber hecho lo mismo  pero que no se habían animado y que ahora ya no tenían edad ni tiempo para pensarse solas o con otra pareja. Muchas estaban aburridas y conviviendo con alguien que se parecía a un hermano dadivoso que las mantenía sin chistar.


13 comentarios:

  1. que te voy a decir, maguita?
    nunca creí que tras esas letras tan... provocativas(? al menos para mi) se pudiera dar esta situación.
    con todo este gusto a tristeza, me alegra que lo hayas resuelto!
    beso

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  2. Es la crónica de la vida de muchas mujeres, quiero creer que de una generación anterior a la mía. Pero seguro que aún se deben dar historias así o muy parecidas.

    :))

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    1. Acuerdo, es màs, estoy convencida de que sigue sucediendo en las generaciones de menos edad a la de Anabela.
      Abrazo

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  3. A determinada generación se nos contaron muchas mentiras sobre la sexualidad, por ejemplo, que como mujeres no teníamos derecho a disfrutarla. Lo malo es que nos tocó vivir una época en la que también nos llegaba el mensaje contrario. Nos condenó a una cierta bipolaridad sexual. No nos queda otra que vacunarnos...

    Gracias por traerme hasta aquí

    Un abrazo

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    1. Es cierto, como un tironeo desgarrador.
      Màs vale acomodarse antes de salir con esa indiferencia que nos hace perder lo bueno de la sexualidad.

      Abrazo

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  4. Esses casos acontecem com muita frequência. Eu sei que nada é perfeito e que, muitas vezes basta haver uma palavra, um sorriso, um gesto de carinho para despertar o desejo adormecido. Contudo, há duas coisas essenciais :
    CUMPLICIDADE E PARTILHA.
    Sem isso, tudo será falso e a separação será inevitável!
    A vida sempre nos surpreende...

    Abrazos!
    A.S.

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  5. esposos o amantes al final el resultado es el mismo: un viejo barrigón echado en la cama con el control remoto en la mano viendo fútbol, series y películas sin parar.

    bueno, a menos que sea un pirata, je.

    un abrazo.

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  6. Ser infiel con el alma y con el pensamiento debe ser algo bravo de sentir, qué lástima que ese día tu ex marido no te prestara atención, así se desgastan las relaciones cuando la una persona intenta y la otra no. Muy buen texto. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.

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  7. Como se puede ser infiel con alguien que ya perdió toda la mirada en la mujer que alguna vez se enamoro? y vuelve con aroma alcohol y se hecha a dormir.
    Bien por ella que salio de ese lugar que se dejo poner y se dio cuenta.

    Ni digo nada de esas amigas, antes que me eches de aquí jajaj

    Un abrazo Maga.

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  8. Hacía varios días que intentaba entrar a chusmear y leerte pero no me dejaba... O sea, el que insiste, lo logra!
    Habría que volver a repensar el tema de la monogamia, porque pasa mucho que el cuerpo arrastra al alma, el alma al cuerpo y los dos juntos ponen las cosas en su lugar.
    Parece que la pandemia nos trajo de vuelta a varios al mundo del blog! Welcome back!!
    Besos!

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  9. Supongo que es una realidad más habitual de lo debería.

    Saludos.

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