17/8/13

El beso de Federico

 

 


Desde el mismo momento en que amanecí  para ir a trabajar desee que fuera de noche para estar de regreso en casa y quedarme allí como en un refugio seguro.  Ese fue mi plan para aquel día, volver cuanto antes.
Sin embargo cuando la tarde se iba guardando debajo de cada abrigo de los transeúntes me encontré caminando en la dirección contraria a mi casa.  Iba con paso rápido, apurado, como si corriera a hacer un trámite.
Al llegar a mi destino apoyé el dedo índice sobre el timbre y lo mantuve oprimido más de lo necesario, seguía siendo otro intento más de aferrarme a aquel plan y no arrepentirme. Me había convencido de que lo mejor para terminar el día era ir a ver a Elena para luego volver a casa cansado sin más ánimo que para dormirme.  
Esa tarde me sentía irritado, aun así me concentré  en  Elena y su figura desnuda y logré   excitarme antes de subir a su departamento. Aun trataba de hacerlo cuando  me sobresalté ante el  sonido de la chicharra de la puerta dándome  permiso para entrar. Subí dos pisos por escalera y corrí  hasta la última puerta en el extremo del pasillo.
Cuando estuve dentro del departamento, cerré la puerta tras mis espaldas y vi  que Elena estaba parada frente a mí con su mirada lánguida y paciente. Era una hermosa puta,  discreta y de pocas palabras. La había conocido hacía cuatro años y desde hacía  dos, era la suya la única boca a la que le entregaba mi entrepierna. Había entre ambos una sinergia especial y nuestros encuentros eran protocolares, empezaban, transcurrían y terminaban siempre de la misma manera.
Yo llegaba a su departamento medianamente excitado, con relativa urgencia, pero seguro de que al verla desnuda ante mí, con el pelo recogido y los labios pintados de rojo furioso,  se brincaría mi bragueta.
Ella  me esperaba  parada frente a la puerta de manera que cuando yo entrara fuera lo primero que viera. Acto seguido se arrodillaría a mis pies y me soltaría el cinturón y el cierre para descomprimir y aliviarme. Me daba unos segundos para que yo pudiera acariciar mi erección y luego ella  la aseguraba entre sus labios y la lengua hasta llevarme a la más profunda y ciega inconciencia.
Algunas veces la miraba bambolear el trasero mientras se movía rítmicamente yendo y viniendo hacia mí, pero invariablemente terminaba con los ojos cerrados y el rostro de cara al techo, casi en un gesto liberador y agradecido.
Me vaciaba en su cara y terminaba de disfrutar al ver su gesto angelical recibiéndome.
Luego ella se ponía de pie e iba al baño a limpiarse y a buscar un paño húmedo para limpiarme con la ternura más inspiradora que alguna vez sentí, me hacía caer sobre el sillón de la salita en la que nos recibía a sus clientes y con toda la dedicación me limpiaba el rouge que me había dejado con aspecto ensangrentado luego de sus besos y sus lamidas… y me hacía sentir que sólo ella podía curar mis heridas.
Mientras ella me limpiaba yo  alternaba con mi mirada entre su imagen  tendida  amorosamente sobre mis rodillas, que solían continuar temblando por un buen rato, y la caja de cuero azul que estaba sobre mesa de arrime donde antes de irme dejaría mi paga por todo el amor recibido…ella no sabe, porque nunca se lo dije, que en más de una ocasión  le hubiera dejado mi vida toda en esa caja, cada vez que en su boca yo encontraba un poco de paz, que aunque durara poco últimamente, me daba descanso y esperanza.
Pero aquel día no fue como siempre, ella estaba como sabía que debía estar cuando yo abriera la puerta, pero yo llegaba distinto,  algo alterado, con una inquietud que me agitaba por dentro y me ponía ante la posibilidad de estallar en cualquier momento. No la dejé arrodillarse, la tomé por debajo de los brazos y la puse de pie frente a mí de manera  que su boca esté cerca de la mía y pudiera además  mirarla a los ojos. Lo primero que noté en ella, en su cara y en los músculos de su cuerpo, fue una cierta tensión producto de la sorpresa, su mirada de extrañeza lejos de apaciguarme, me sobre excitó  y me vi tentado a probarle los labios y a sentir el gusto de su lengua. Comencé a besarla, iba poniéndome más loco a cada segundo pero sabía que no estaba enloqueciendo por ella,  sino que de alguna manera estábamos teniendo una despedida y que la estaba homenajeando con una erección que se merecía pero que no le pertenecía.
Mientras la apretujaba con fuerza contra mi cuerpo recorrimos la habitación con pasos torpes, en círculos, a tropezones contra los muebles y las puertas y mientras yo la apretaba con violencia me arrancó la camisa con una certeza impecable. De pronto tuve su mano tibia sobre mi espalda y  después de tanto tiempo volví a sentir la sensación de una caricia. Fue tan agradable que me noté desesperado por intentar retener ese momento de tan fuerte impacto. Esa sensación  ha quedado guardada en mi memoria sensitiva como un parámetro a veces imposible de volver a alcanzar.
La mano temblorosa de Elena  recorrió cada centímetro de mi piel, parecía saber también ella,  que ya no me volvería a tocar. De pronto nos encontramos en el baño y con una pericia más propia de su deseo que de las destrezas adquiridas por su trabajo, me quitó el pantalón y me dejó desnudo aun sin dejar de besarme.  Un ímpetu irrefrenable hizo que la arrancara de mí y la pusiera de espaldas sobre el mármol helado de la mesada del baño. La tomé por la cintura y la acomodé a la par de mi entrepierna, cuando la tuve a mi altura, sin pensarlo y exigido por un terrible deseo le abrí las nalgas y la penetré sin cuidado. Su gemido de dolor me invadió los oídos, nunca la había escuchado gritar y no me gustó. Eso aumentó mi ímpetu por cogerla y lo hice violentamente. A  diferencia de lo que hubiera supuesto, ella parecía gozar con el dolor que yo necesitaba infligirle.
Creo que en realidad necesitaba sentirme poderoso, y en aquella situación con Elena me sentí así, enérgico y lleno de valor.
Fue una embestida ajena de sentimientos, puramente instintiva por parte de ambos.  Elena  se dejaba mover a mi antojo como si fuera un objeto de mi pertenencia y disfrutaba con ello, pude notarlo, y como un animal empujé  frenéticamente dentro de ella para vaciarme, cuando lo logré cerré los ojos y llevé la cara hacia el techo para largar el aire que venía conteniendo, liberarme y  agradecer por aquella sensación de placer. Luego bajé la cabeza lentamente para buscar la espalda de Elena que continuaba tendida sobre el mármol, y en el trayecto encontré mi imagen frente al espejo, tenía la boca pintados de rojo intenso con el labial que Elena se lucia para esperarme. Parecía como si unas garras me hubieran lastimado la cara, como si alguien hubiera querido arrancarme la piel. Me quedé mirándome inmóvil, extrañado por mi imagen, sorprendido y paulatinamente resignado. Por fin baje las defensas, dejé caer los brazos a los costados de mi cuerpo y di un paso hacia atrás abandonando definitivamente el cuerpo de una mujer.
Luego de haber sentido tanto valor me encontré allí observando, con tristeza y lleno de miedo, la patética imagen de mi infelicidad. Volví a lamentarme por no haberme podido enamorar de aquella puta maravillosa, me vestí rápido, vacié toda mi billetera en la caja azul de la sala y me fui.
Por fin llegue a mi casa, me tiré en la cama y  lloré hasta agotarme y quedarme dormido.
Los días subsiguientes comenzaron a ser distintos, dejé de pelearme conmigo mismo y comencé a hacerlo con los prejuicios de los demás, pero claro que los entendía, si en definitiva yo mismo había sido un prejuicioso y el primer verdugo al juzgarme por mi homosexualidad.
Ahora puedo decirlo y he notado que  más de uno a quien le corroboro las sospechas que tenían, quedan perplejos, mudos, como prefiriendo que no se los hubiera dicho.
Es que la verdad muchas veces nos incomoda al punto de seguir eligiendo las mentiras.


Ahora por favor siga siendo tan respetuoso como lo fue mientras me leía y si lo desea deje su comentario en el mismo tono.
Gracias por haber llegado hasta aquí.

Federico

49 comentarios:

  1. Muy pero muy bueno, Gaby. Hacía rato que no leía un relato largo que lograra atrapar mi atención y mi "tensión" Porque la historia me fue llevando por diferentes situaciones: Fobia? Timidez? Desidia? y siempre manteniendo el ritmo y logrando empatía con estos dos -que por un instante- lograron ser pareja (en sensaciones, inquietud, sorpresa) y con un final brillante que te deja pensando: Mierda, qué debe ser difícil remar contra la corriente! Y la que subscribe, que rema en otros ámbitos, comprende que las calificaciones de la masa suelen ser devastadoras.
    Abrazo, beso y medalla, linda Magah!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy! Bee muchas gracias por tomarte tu tiempo para transmitirme tus sentimientos y sensaciones.
      Muchas gracias.

      Abrazos!

      PD: Y sí que debe ser muy difícil.

      Eliminar
  2. El personaje tiene bastante de contradictorio. Helena, bella y discreta, parece descrita como una mujer de la que enamorarse. Aunque el protagonista afirma que no pudo enamorarse de ella. Y la descripción parece seguir sintiendo una fuerte atracción física por ella. Tal vez el tema sea la rutina, de frecuentar la misma mujer.
    Tal vez vuelva a encontrarse con ella. O empiece a frecuentar a otra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Demi me hacés pensar en esto de lo que se debe o no...bien hubiera sido Elena la mejor alternativa para que Federico no se blanqueara en su verdadero deseo. Hubiera sido lo debido?

      Abrazo

      Eliminar
  3. Muy bueno Magah, final inesperado si los hay. Anoche justo vi una película, Brooklyn's Finest un excelente policial donde Richard Gere personifica a un policía amargado, pronto a jubilarse que quiere que la puta con la que se acuesta y que parecería logra morigerar el tedio de sus días se vaya a vivir con él a Connecticut - ella soprendida decide no aceptar. Gere desconsolado por esa inesperada respuesta igual logra darle un sentido final a su desdichada vida. Peliculón. La recomiendo. Me pregunto si Gere también se habrá planteado su relación con las Elenas de este mundo...Beso!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que bueno que te haya gustado Ato!! Me alegra haberte sorprendido en el final.
      Pensaba que hubiera hecho nuestra Elena ante el amor de Federico...

      Beso beso

      Eliminar
  4. ¡Muy bueno! Tampoco me lo esperaba, es que está tan bien logrado el relato que nunca se espera ese final, pero con el mismo a la vista uno puede decir "aaah con razón" y entender mejor a Federico y, por qué no, a tantos otros que deben pasar por lo mismo.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  5. Que bueno que te gustara Ale y gracias por dejar tu comentario!!

    Abrazo

    ResponderEliminar
  6. Gabrielita, eres incorregible.

    ResponderEliminar
  7. Es increíble como escribís. No suelo pasar por acá, pero cuando lo hago, me quedo atrapada leyendo, me caliento, y siento como una tristeza chota que es la misma que siento todos los días, nada más que no vivo estas cosas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desencantada que bueno tu comentario, sos una copada!...a veces yo también escribo para sacarme esa tristeza chota.

      GRACIAS!!!!

      Eliminar
  8. Con su blog me pasa que en la oficina (donde suelo leerlos en instantes de tranquilidad) no puedo abrirlo por "contenido inconveniente". Que raro, no hay nada inconveniente acá. Al contrario, como necesitamos leer cosas así para no tropezar con las mismas piedras y frustraciones. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Realmente dice "contenido inconveniente"?

      Eliminar
    2. Vió que lo raro no está en el blog sino fuera de él...y gracias!

      Eliminar
  9. Qué intenso relato, me llevó de la nariz hasta el rotundo golpazo del final. Y me deja pensando cuán cerca de la violencia queda el sexo, y cuán lejos de la verdad - ésta o cualquiera - a veces caminamos.

    Salut, Magah.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que bien dicho Rob "...cuàn cerca de la violencia quedo el sexo, y cuan lejos de la verdad..." a veces es asi. Lo pienso mucho como un acto honesto en la violencia o la verdad, instintivo...todo un tema.

      Gracias por tù comentario!

      Eliminar
  10. Y... 18.

    Perdón.

    Creo que toda admisión requiere un proceso interno, y cada uno lo recorre como mejor puede o sabe. En ese camino puede haber violencia, tristeza o incluso alegría. En cualquier caso en necesario transitarlo.

    Muy bueno lo suyo.


    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias don Yoni.

      Y usted siempre estará perdonado.

      Eliminar
  11. Creo que además del vacío que desprende cada detalle, Federico tiene una gran confusión, por un lado lamenta no haberse enamorado de ella, por el otro trata de buscar lo que los demás desean (no lo que espera para sí mismo) y al final ha sido sólo un infeliz siendo verdugo de sus propios sentimientos. Igual, ese final rompe los esquemas, siempre hay un día para decir “Basta”, y a otra cosa-mariposa!
    En el fondo está falto de cariño, pobre Fede! La prueba está en la reacción ante la caricia de la mano en su espalda.
    Es difícil ponerse en la piel de los demás. Cuando terminas de leer te quedas elucubrando sobre él, pero…¿Y ella?
    No sigo porque me enredo (sonrío)
    Un abrazo Magah, perdón el cotorreo.
    No pasé antes porque estaba en otras ciudades trabajando y llegué hace un ratico a casa. Gracias por tu lindo comentario en mi blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me quedo pensando en eso de la dificultad de ponernos en la piel de los demás...cuestión de ejercitarse un poco y tratar de entender desde el padecer...me parece.

      Y beso y gracias por tu "enorme" comentario. Muchas gracias!!!

      Eliminar
  12. creo que 3 cosas:

    a) por una mujer así, ardió Troya
    b) ¿como quiere enamorarla si ella no goza? ¿solo porque le paga?
    c) si yo vacío tooooda mi billetera, le serviràn papeles de peajes, tickets de almacen y entradas de cine viejas?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me preguntaba si Elena no podrá convertirse en la próxima protagonista de un relato!

      Muchas gracias por tu comentario Garriga!!

      Abrazo

      Eliminar
  13. Me gusta como lo explicas, el tema que has utilizado tan actual con la polémica que han generado las atletas rusas en el mundial de atletismo de Moscú y sobre todo, las eternas dudas entre lo que adquirimos de los otros, la cultura y sus tradiciones y, lo que verdaderamente llevamos en nuestro interior, sentimos y pensamos sobre lo que nos hace feliz y nos agrada. Una estupenda lectura, sin duda.

    otra curiosidad: eres Gaby de Mis letras insonmes? porque me encanta como dibuja y sus poemas.

    un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No soy la Gaby de las letras insomnes!!! Por ahora sólo de estas palabras descalzas.

      Gracias por tu comentario!!

      Eliminar
  14. No sé si se trata de una cuestión de inspiración, de ganas o de qué, pero cuando te decidís a escribir 'en serio' nos dejás a todos con la boca abierta y con ganas de más.
    Perdón, no es que desestime otras entradas, es que éstas son tan especiales, tan literarias.
    Un beso enorme, Maguitah.
    HD

    ResponderEliminar
  15. Es la segunda vez que te leo y me dejas gratamente sorprendida, que manera de escribir, te felicito.


    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me da mucha alegría saber que te sorprende gratamente, tu comentario es alentador!

      Gracias!!!!!

      Eliminar
  16. Hola MAGAH,

    Recononozco que al ver la extensión del texto casí me doy la vuelta, no suelo leer textos largos porque casí siempre es perder el tiempo. En las dos primeras frases se suele descubrir la osadía de alguien que se quiere lucir. Para eso elegimos autores y libros.
    Ahora bien, reconozco que el principio del relato y la forma de narrar, sencilla, contando lo que se quiere contar me han ido llevando hasta el final con muchas ganas. Está muy bien estructurado y escrito, es un texto lineal que aprovecha el espacio. La historia que se cuenta es muy buena, el sufrimiento de la relación se refleja perfectamente y no se recrea en la parte sexual con la prostituta, aunque pudiera parecer lo contrario, está muy bien conseguido. Tengo dudas si la parte final, la de los prejuiciós, debía ser tan explicativa, igual hubiera funcionado mejor si se hubiera narrado de forma más sutil, pero de cualquier forma, me ha parecido un buen relato, de caracter universal y actual. La lucha y soledad de un hombre frente a los prejuicios de una sociedad demasiado cerrada, a pesar de la legalidad. La lucha con uno mismo por ser "diferente".

    Me ha gustado mucho MAGAH. Gracias por advertirme que escribes tan bien.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antonio, a diferencia de lo que te sucedió a vos, al ver la extensión de tu comentario y habiendo leído algo de lo que vos escribís, me tiré de cabeza a leerte imaginando que lo que dirías aquí sería para atender.
      Me gustó tu forma de mirar y leer el texto, la simpleza con la que lo desmenuzaste y degustaste. Acuerdo con el tema del final, fue algo que no se terminó tan redondito como me hubiera gustado, pero decidí soltarlo asi ya que para mí lo màs importante ya lo había dicho y de la mejor manera que pude.

      Me alegra mucho haberte seducido para que puedas ir màs allà de las primeras líneas y estar ahora intercambiando opiniones.

      Muchas gracias!!

      Eliminar
  17. Estoy con Garriga, excelente relato, pero en los comentarios veo poca alusión al verdadero sentido de la historia, de un hombre homosexual que se niega a serlo y que acude a una puta para exprimir sus fantasías, la utiliza para su placer y de ahí su tristeza, la imposibilidad de nada porque no hay nada. Solo frustración y deseo reprimido..
    besos

    ResponderEliminar
  18. Pensaba en que lo que para unos es figura para otros es fondo, que los comentarios son los pequeños mundos de cada lector, y me incluyo como tal
    Describiste perfectamente el sentido de la historia que yo quise escribir.
    Beso enorme!!!

    ResponderEliminar
  19. Es un relato lleno de ternura, dolor, negación y un sin fin de sentimientos. Lo has escrito magistralmente.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Me alegra que hayas captado esas sensaciones.

      Abrazo!

      Eliminar
  20. todo ok pero... y un nuevo post? ja... salu2...

    ResponderEliminar
  21. me encanto!! fascinante !!
    Marcela, florida USA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. mmm...Muchas gracias Marcela!!!!

      Que bueno que te guste!

      Eliminar
  22. claro que sorprende el final pero con eso uno entiende mas ese deseo fingido por momentos... y hablando de violencia como mas arriba, solo la hay en el sexo cuando se lo hace bien ja.... salu2...

    ResponderEliminar
  23. ah, mire!
    lo ha escrito como de usté, con su estilo y con esa escondida violencia (escondida?) con la que describe casi siempre el sexo.
    me alegran los Federicos que dejan de ser infelices y se adueñan de si mismos.

    escuche, la mencioné en mi blog, ya lo vió?

    un abrazazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah!!!...y me alegro mucho que tu premio, que mencionarme y darme un lugar en el podio te haya traido por acá. Para mì sos importante...

      Abrazo grande!

      Eliminar
  24. años sin entrar y quede boquiabierta! buenísimo MAGAH!!! beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quimeras! Gracias y me alegra que algo te haya traìdo nuevamente!

      Beso

      Eliminar
  25. Hay un regalito para ti en mi blog.. escribe más gandula..jajaj
    besos eso es que te lo estás pasando muy bien..

    ResponderEliminar
  26. Ya veo porque me tomo un precioso tiempo para leerla, porque me deja sin aliento y pensando que primero y siempre se tiene que velar por la felicidad…

    Pasemos el frío y a unos cuantos grados agradables, nos juntamos….


    Abrazo Maghita :)

    ResponderEliminar
  27. Magah: primera vez que te leo y me has maravillado. Una historia tan bien contada, una narración que hace que el lector entre en la escena y disfrute y sufra con Federico.
    Aplausos y si te parece bien seguire visitando tu blog.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  28. Federico empieza el dia, como tantas veces yo, desesperado por llegar al lugar seguro. Sin embargo la pulsion de la verdad agita la de la mentira. Y triunfa, aunque solo ocurra nada mas que algunas pocas veces.

    ResponderEliminar
  29. Cielos! qué predicamento debió haber pasado Federico para decidir poner fin a su secreto más personal.

    Un placer visitar tu blog, Magah. Saludos desde un norte lluvioso.

    ResponderEliminar