La miré pintarse
frente al espejo. Me mantuve callada, tratando de aminorar los latidos del
corazón que me retumbaban en el pecho.
Mientras tanto ella se
delineaba los ojos.
.
.
Tenía la mirada tan
llena de gracia…!
.
.
La vi como cubría de
sombra sus parpados y de rubor las
mejillas. La vi ruborizada antes de encenderse al caer sus ropas, al caer su tiempo de niña, sus
zapatos de moño y antes de perder sus ganas de ser la mamá de las muñecas.
La vi estirar su
cabello y perfumarse el cuerpo. La contemplé emocionada y como si yo fuera la
niña con quien ella ya no quería jugar más, solté un par de lágrimas. Me daba
ternura aquella pequeña mujer que se soltaba de mi mano.
.
.
Había crecido tanto y
en tan poco tiempo!
.
.
Se puso anillos
y aros de plata.
Medias y tacos.
Se pintó lo labios.
Alisó su ropa, miró
el reloj de la pared y se fue a esperar frente a la ventana.
Yo moví mi cuello
tenso, suspiré por su entusiasmo mientras caminé en silencio para irme a
dormir.
Me recosté inquieta,
como en un viaje emocional. En el cielorraso la película de mi vida.
De pronto sentí
que algo se movía del otro lado de la
puerta.
Me levanté como si
supiera.
Y ahí me vi otra vez frente al espejo, pero esta vez con
el rímel diluido sobre mis mejillas, con la tristeza en los ojos.
Y ahí estaba ella
también con las mejillas surcadas por la tinta negra.
La congoja le agitó
el cuerpo, al verla se me heló la sangre y se me hizo un nudo en la garganta.
Giró y me buscó con
la mirada, como cuando era nena y me necesitaba, se tiró en mi pecho, me agarró
las manos y lloró.
Sentí que su pecho
ancho y alto me cobijaba y lloré tanto que creí que formaría un rio con mis
lágrimas de nena, un rio tan largo que llegaría hasta algún otro lado.
Vi en su mirada
pequeña y triste aquel rio que había atravesado el tiempo.
.
.
El chico no me había
venido a buscar y ella pensaba que allí
se le terminaba el mundo.
.
.
Qué iba a entender yo
en aquel momento sobre que todo pasa,
que de eso se trataba la vida un
poco y que el amor duele.
Que le iba a decir
ahora sobre mi corazón destrozado, que iba a entender ella sobre que el amor duele y los hijos también.
Un loop constante de sentimientos que se vuelven a repetir en el correr de los años.
ResponderEliminarA veces los chicos por mas que crezcan no dejan de ser esos nenes que alguna vez fueron y guardamos en la memoria una foto mental del momento.
Beso beso.
Sí Levi, asi tal cual. Lo que se vuelve a repetir y seguirá repitiéndose!
EliminarBeso para vos
No me hagás estos posteos de verdad futura que se me ponen los nervios de punta!!
ResponderEliminarDel amor y otras yerbas, llantos y abandonos, de corazones rotos y revanchas está hecho el camino de los sentimientos!
Besos!
Esa contradicción materna/paterna...no querer que se "l@ lleven" pero tampoco que no l@ deseen.
EliminarCualquier camino tiene sus dolores...también satisfacciones, claro.
Abrazo Sr. Intendente!
duele el dolor de un hijo y no es metafora
ResponderEliminarabrazo
Exacto Diego, no es metáfora!
EliminarAbrazo!
no paqse para mi nena.Qué dolor, espero que el tiempo no pase para mi nena.
ResponderEliminarCoincido con Diego. Nada duele, más que el dolor de un hijo.
Los hijos duelen, nos duelen hasta en el cuerpo.
EliminarNo hay vuelta amiga!
Casi, casi, mejor así. Mejor perderlo ahora, antes que se nos enamore la nena. El pibe no parece material de buena gente. Pasame el dato -del pibito-que con el Tuerto, el Púa y Manopla "vamos a hablar con él" - "Terapia de grupo", le decimos acá, digo, por si tu hija (vio como son algunas veces) cambia de opinión. Beso de los 4...:-)
ResponderEliminarAto crees que vos y tus amigos tienen espaldas para cargarse a un par más???
EliminarPara para, si hay que hacer cagar a uno avisame que yo me prendo.
EliminarTengo que estrenar un lanzallamas que me traje de Vietnam.
Ok, Levi se va formando equipo. Me gusta lo del lanzallamas.
EliminarCreo que podemos pensar en los "cazatorrantes" -sin alusión a nadie en especial, claro-
Como son ché. Le das la mano y ya quieren más. Tres se puede, sobre todo con la ayuda del Zippo Levi! Pero lo nuestro es más bien César Millán y los perros. No hacemos gala de violencia ni nada. Charlamos, les mostramos el álbum de recuerdos, aconsejamos. Muy "Feng Shui" lo nuestro! Besos y abrazos, respectivamente a ambos...
EliminarOk ok, entonce Bee puede ser de la partida, ella es bien naif. Le va?...ahí se anda ofreciendo.
EliminarEsa transición duele.
ResponderEliminarAmbas han empezado un nuevo capítulo en sus vidas.
Besos, muy bien narrado
Que volverá a repetirse...
EliminarBeso
ay, Amigamía!
ResponderEliminarestoy acá, moqueando, rememorando un momento con mi hija.
cuando a las dos nos dolía el amor y a mi, además, me dolía ella en la memoria de mi panza.
precioso texto y precioso estilo.
abrazo por dos
Y una cree que cada día llorará menos por estas mujeres que somos, y en realidad cada día se llora más.
EliminarAhora, hasta de felicidad y satisfacción, no?
Abrazo muyyyyyy grande!!!
Siempre crecen mas deprisa de lo que deseariamos.
ResponderEliminarEn flagrante contradiccion con el deseo que tengan todo lo que quieran en su vida.
El dolor que se contagia es uno de los perfiles del amor.
Ellos y nosotros también.
EliminarBeso!
Me ha enternecido leerte.
ResponderEliminar=)
Qué bueno Neo, la ternura es mi sentimiento preferido.
EliminarBeso grande!!
Hermoso, Magah, precioso texto, se anudan y enredan la niña y la mujer, la madre y la hija, la identificación y el paso del tiempo y esas grandes enseñanzas que nos da la vida, que el amor duele.. y lo hijos también..
ResponderEliminarun beso
Ico!! No dudo de que sos la hermana que la vida me puso lejos!..eso, así tal cual lo dijiste.
EliminarTe quiero Nieves!!!
Toda niña (de todas las edades) debe aprender que el amor es una suma de emociones, y que incluye la decepción y la tristeza. Y también se aprende que toda la ceremonia previa (el rimmel, los tacos) es para una misma, y queda para siempre.
ResponderEliminarLindo relato.
Beso
Marcela, tu comentario debiera convertirse en un decálogo que obligatoriamente debe ser aprendido.
EliminarBeso!!
Lo que daríamos para que no sufran... Pero es así. Forma parte de vivir y aprender. Las experiencias - las malas y muy a nuestro pesar- son inevitables. Excelente, Maguita!!! Un beso!
ResponderEliminarP/D: Me ofrezco para recag... a patadas al infeliz que la hizo llorar. Avisame hora y lugar, vale?
Ok Bee, el Manoplas y el Púas andan buscando ayuda!!
EliminarPrepará artillería.!!!
entrañable el relato... mas para los que somos padres... y de niñas ja...
ResponderEliminarmas allá de pasar para leerte, te cuento que sos una de las protagonistas de mi último post, espero que te guste...
salu2
Gracias JLO y por tu homenaje a los blogueros, en resumidas cuentas, nos lo merecemos!!!!
EliminarBesoooooo
Cuando nos miramos en el espejo, nos vemos cual realmente somos y no como nos imaginabamos.
ResponderEliminarBesos
El espejo es una reverenda !"·$%&/()=?!"·$%&/()=?¿!"·$%&/()=!"·$%&/()=?¿!"·$%&/()=
EliminarBeso
el dolor... no nos enseñan ... se aprende de todas formas y cuanto duele ... cuando le duele al que tanto quieres... el dolor no nos enseñan... pero se termina aprendiendo... como todo en la Vida!
ResponderEliminarSe sufre y como decís se aprende!
EliminarBeso!
No hace falta tener niñas, yo tengo niños, todos sufrimos y sufriremos. Muy tierno, Magah.
ResponderEliminarJosé Luis, aparte de la niña, que no ha sido dejada, tengo 3 varones y duelen de la misma manera. Es más, las mujeres somos muchas veces más terminantes y hasta más crueles, de modo que ellos me duelen un poco más.
EliminarAbrazo amigo!
No era intención personalizar, iba al hilo del comment de JLO, y al hecho de que todos podemos entender e imaginar ese sufrimiento ya sea en carne propia o ajena.
EliminarNo haré comentarios sobre la crueldad femenina. ;)
Lo sé José Luis y me disculpo si se inerpretó alguna animosidad de confrontar. Nada de eso, te seguí en tu pensamiento.
EliminarY sí, acuerdo, la crueldad femenina puede ser para otra entrada.
Abrazo grande!!
Uno vuelve al primario, al secundario, a la primera cita y también a las primeras lagrimas.
ResponderEliminarPero parece que duele doblemente y queremos aliviar, pero también sabemos que ahí hay que dar alas a su propio camino.
Entre mi garganta que esta tragando saliva porque se me hizo un nudo, te digo que es Precioso.
Abrazo.
Cecyyyy la preciosa sos vos!!!
EliminarSe que lo sentís.
Abrazo enorme!!
Nuestra almita niña, ahí escondida siempre, dispuesta a saltar en cualquier momento.
ResponderEliminarPor eso empatizamos siempre en el dolor.
ah nananananah esto no se hace Maghita! Es que Camila llora por amor y a mí se me estruja el alma. Aprendizajes...
ResponderEliminarPero para lograr esa empatía con el lector, antes que nada, es un textazo. Chapeau, Maga!
Beso de ponerme al día con la lectura del blog roll va!
Bello texto. Aprendemos a diario, ellos y nosotros.
ResponderEliminarBeso
y... el dolor de los hijos se siente más que el propio... pero las alegrías, los logros,... también...
Eliminardisfruté infinitamente de su infancia, de su adolescencia... a pesar de que no fueron fáciles... y ahora, con "problemas de grandes"... el sentimiento es el mismo...
... como siempre, hay algo de serrat para ilustrar...
"nada ni nadie puede impedir que sufran...
que las agujas avancen en el reloj...
que decidan por ellos... que se equivoquen...
que crezcan, y que, un día, nos digan... adiós..."
besos
él