TREGUA

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Se me atragantan las verdades que no he dicho
solo para que me quieran.
Y hoy, ando desparramando arcadas.
Doblada sobre mi cintura,
atajándome sobre las paredes para no caer.
Pero…
hay un recóndito lugar en mis adentros
que parece se ha salvado de tanta encarnizada y maloliente forma de haber andado.
Se resguarda de mi ajada manera de mirar,
callada, como si nada hubiera pasado,
y pone ante mi jeta
una bandera blanca pidiéndome tregua.
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