Apenas veo, por las hendijas de la persiana y por la
ínfima abertura de mis parpados, el gris del cielo. Apenas un filoso hilo de
frío me roza la piel arrebato las sabanas y me cubro. Voy abriendo los ojos
bajo la tela, descubro una distancia eterna entre la punta de mi nariz y los
dedos de mis pies.
Aquí abajo también amanece por más que no quiero. Abro
los ojos, amodorrada, todo es gris también aquí. Huelo el calor de mi cuerpo
encerrado entre mis brazos y respiro profundo, me lleno de aire y de
pronto siento que comienzo a flotar, que me elevo hacia el techo, estoy arañando el cielo raso… hay
música del otro lado.
Apoyo mi oreja en su suelo, un suspiro largo, me excito,
me gusta lo que escucho, lo que siento, me erotiza. Mi pecho se pega contra su
piso, y él me siente, se tira al suelo, me percibe, me busca arrastrándose como
un animal en celo, me huele, callado, tiembla y yo siento su miedo, latimos
fuerte, jadea y lo sigo, camino en cuatro patas por mi cielo, siguiéndolo, me
deslizo por la pared, pegada a su cuerpo, agudizo mi olfato y sigo su huella, su
olor, blanco, espeso, de pronto lo pierdo, me desespero, mi cabeza gira atenta
hacia todos lados y otra vez lo encuentro. Jadea, se mueve despacio, lo sigo por
líneas, por vértices, por ángulos y llego al piso. Está ahí, detrás de la pared,
puedo dibujar su silueta con mi lengua, sus manos atraviesan el muro, se meten
en todos mis labios y con la violencia justa me arranca de mi encierro y me
lleva, me dejo llevar al espacio que se abre entre sus piernas... hasta que
amanezca y apenas un filoso hilo de frío me roce la piel, vuelva a cubrir mi
cuerpo cansado, y sólo me quede de él un jarabe escurridizo entre mis piernas.
Dedicado a Ato, porque alguna vez lo guardó en su arcón de relatos preferidos. Espero que esta edición más cuidada te guste un poco más. Abrazo grande, muy grande.
Dedicado a Ato, porque alguna vez lo guardó en su arcón de relatos preferidos. Espero que esta edición más cuidada te guste un poco más. Abrazo grande, muy grande.