- - Gracias a NOSOTRAS que me prestaron esta carta de César para traerla hasta acá.
"El otro día estaba tirado en mi cama y me di cuenta que, literalmente, necesitaba sexo. Sentía la necesidad del "buen polvo", de ese que tiene algo mas, la imagen que se me vino a la mente fue la de Predator... la necesidad física más urgente que el cuerpo puede sentir desde tan profundo... Y así, con esa idea en la cabeza me surgió una duda que me hizo pensar. Seguía tirado en mi cama, sintiendo lo que mi cuerpo pedía a gritos y en un momento caí en la sensación que mejor lo que quería era un abrazo, una mujer que me mime, se recueste en mi cama y me haga cucharita, me de lo conocido como "amor" sin necesidad de sexo, que se acurruque sin necesidad de hablar nada... Entonces fue que me pregunté: ¿dónde está el límite entre una necesidad y otra?, ¿necesito sexo, o necesito "amor"?, ¿necesito que me tranquilicen el cuerpo, o qué me tranquilicen el alma...? Y en mi hilo d…
"El otro día estaba tirado en mi cama y me di cuenta que, literalmente, necesitaba sexo. Sentía la necesidad del "buen polvo", de ese que tiene algo mas, la imagen que se me vino a la mente fue la de Predator... la necesidad física más urgente que el cuerpo puede sentir desde tan profundo... Y así, con esa idea en la cabeza me surgió una duda que me hizo pensar. Seguía tirado en mi cama, sintiendo lo que mi cuerpo pedía a gritos y en un momento caí en la sensación que mejor lo que quería era un abrazo, una mujer que me mime, se recueste en mi cama y me haga cucharita, me de lo conocido como "amor" sin necesidad de sexo, que se acurruque sin necesidad de hablar nada... Entonces fue que me pregunté: ¿dónde está el límite entre una necesidad y otra?, ¿necesito sexo, o necesito "amor"?, ¿necesito que me tranquilicen el cuerpo, o qué me tranquilicen el alma...? Y en mi hilo d…