Pintora Argentina: Enriqueta Kleinman
Le dejó su cuerpo vacío y se fue de allí. Su alma buscó cobijo en el pasado cercano, donde había amado.
No sufría.
Dejó que la acariciara con tibieza, con cariño y deseo. Dejó que sus manos movieran hábiles, los hilos de la marioneta con piel de trapo, alma ausente y una despiadada indiferencia a sentir.
Ella no estaba allí.
Cuando con ternura, él, la dejó quieta sobre las sabanas, ella como un haz de luz, se metió en su cuerpo y lo dejó ir. . -Magah-
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Le dejó su cuerpo vacío y se fue de allí. Su alma buscó cobijo en el pasado cercano, donde había amado.
No sufría.
Dejó que la acariciara con tibieza, con cariño y deseo. Dejó que sus manos movieran hábiles, los hilos de la marioneta con piel de trapo, alma ausente y una despiadada indiferencia a sentir.
Ella no estaba allí.
Cuando con ternura, él, la dejó quieta sobre las sabanas, ella como un haz de luz, se metió en su cuerpo y lo dejó ir. . -Magah-
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